domingo, 10 de julio de 2011

Principio de vida: Una vida de obediencia

Obedezcamos a Dios y dejemos las consecuencias en sus manos.

¿Qué desafío enfrenta usted hoy, y a qué le está dirigiendo Dios para que responda al mismo? A veces, usted enfrentará situaciones que le parecerán abrumadoras, y el Señor le ordenará que actúe de una manera que lo pondrá a usted, o a algo importante para usted, en peligro. Quizás le dirigirá a ser audaz en su fe, o tal vez a callar mientras otros le acusan falsamente. Es posible que le pida que renuncie a cierta posesión o a alguna relación sin la que usted cree que no podrá vivir. Cabe incluso la posibilidad de que Él pudiera estar instándole a extender la mano a alguien que, usted está seguro, le rechazará.
Es posible que pueda sentirse vulnerable o con temor si obedece su orden, pero hágalo de todos modos. Como el Creador de todo cuanto existe, Dios tiene el poder para conformar todas las circunstancias a su voluntad, y puede sacar algo bueno de su situación si le obedece. Solamente recuerde que sus mandamientos son para el crecimiento, provecho y protección de usted, y que puede contar siempre con que Él le guiará por el mejor camino posible. Lo que usted decida en esa situación determinará su crecimiento espiritual y la calidad de su relación con el Padre celestial. Por tanto, obedézcale y deje en sus manos las consecuencias de todo lo que esté produciendo su ansiedad.

Ejemplos de vida

Aarón: Un compromiso fatal
Aarón —el hermano mayor de Moisés, su mano derecha y portavoz durante el tiempo del éxodo— recibió un llamamiento divino muy alto: servir como sacerdote para la nación liberada (Lv 8:1–36). Como esta enorme tarea implicaba también una gran responsabilidad, un hombre así tenía que vivir de manera irreprochable.
Por desgracia, Aarón demostró debilidad a la hora de hacer concesiones poco sabias. En un momento crucial en que Moisés y el pueblo necesitaban que se mantuviera firme, cedió al clamor de los israelitas e hizo un becerro de fundición de oro para que lo adoraran. Por esta falta, Aarón perdió lo mejor que Dios tenía para él, y condenó a muchos israelitas a tener un encuentro fatal con el Dios santo. La transigencia de Aarón condujo a la muerte de tres mil compatriotas hebreos (Éx 32:28).
Aarón nos recuerda que Dios exige obediencia total a su Palabra, sin importar cuán tentador pueda parecer el acceder.

Noé: Obediente y seco
Nada hacía pensar que se acercaba una tormenta. Sin embargo, como Noé le creyó a Dios, se preparó para el diluvio que Dios prometió. Seguramente sus amigos se burlaron de él, pero construyó el arca (Gn 6.9-22).
La obediencia es la piedra angular de nuestra fe en Dios. Así como la obediencia de Noé le trajo la bendición y la recompensa de Dios, la desobediencia de sus coetáneos los llevó a la destrucción. En el momento del diluvio, la salvación física de la humanidad recayó en Noé y en su disposición a ser usado por Dios.
El arca simplemente anticipaba la salvación eterna del pecado, la cual está a nuestro alcance por medio de Jesucristo. Así como la fe de Noé lo salvó a él y a su familia, también nuestra fe nos salva hoy. Somos salvos por gracia mediante la fe, no por buenas obras (Ef 2.8, 9). La construcción del arca no acercó a Noé más a Dios, pero sí su obediencia y su fe. El haberlo mantenido seco y salvo fue secundario.

Aplicación
  • Pase tiempo en oración pidiéndole a Dios que le acerque más a Él, que le revele su perfecta voluntad para usted, y que le llene de valor para cualquier paso de fe que deba dar. Después de esto, comprométase a obedecerle. 

  • Ponga por escrito su compromiso con el Señor (junto con la fecha) en una tarjeta. Después, escriba el Salmo 22.5 en la parte de abajo. Siempre que sienta que está vacilando, lea la tarjeta. Esté atento a la ayuda de Dios y a su bendición en respuesta a su obediencia, y asegúrese de tomar nota de la manera como Él le responde.

texto tomado de http://encontacto.org


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