Creo que David estaba en una situación difícil al escribirlo, pero no se preocupaba del mal que pudiera hacerle el mundo; sino que su confianza estaba puesta en Dios.
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia.
Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar;
Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia,
Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?
Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí;
Jehová oirá cuando yo a él clamare.
Temblad, y no pequéis;
Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad.
Ofreced sacrificios de justicia,
Y confiad en Jehová.
Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien?
Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
Tú diste alegría a mi corazón
Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Salmos 4
Dios les bendiga hoy y siempre.
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