viernes, 6 de mayo de 2011

Y tú que estás sembrando?




En mi casa de pequeña había un árbol de mango, un día cogí la semilla y la planté en un callejón. ¿Que creen que nació? Pues otro árbol de mango me dirán y es cierto; al colocar este ejemplo obvio, les preguntaré ¿que están sembrando?


"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: Pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará." Gálatas 6:7
Si sembramos amor, paciencia, humildad, tiempo con Dios, eso recogeremos; Si sembramos pleitos, contiendas,  orgullo, pereza espiritual, esto vamos a recoger.

Les pondré un ejemplo más:

Pablo antes de su conversión perseguía a la iglesia, encarcelaba a los cristianos y se placía en sus muertes. 
Cuando Pablo es llamado por Dios y él decide seguirle, que recogió Pablo? Fue perseguido, fue encarcelado y su muerte fue espantosa.

Ahora, nosotros sembramos para la carne y para el Espíritu. Sabemos que una vez nos rindamos a los pies de Cristo nuevas criaturas somos y empezamos a sembrar para el Espíritu: Pablo cosechó en su carne lo que había sembrado; en Espíritu sembró abundantemente y creemos en Dios que cosechó para la gloria de Dios, vida eterna.

"Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna." Gálatas 6:8


Amigos, hermanos en la fe; Seas niño, joven o adulto aún puedes redireccionar tus sendas. Mira bien que es lo que estás sembrando, para que después no llores por lo que recoges.
"No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos."Gálatas 6:9

Les animo a que le pidan a Dios que examine sus vidas y tome el control, para que siembren abundantemente en el Espíritu y siembren para bien en la carne.

Dios les bendiga.


Minuto de sabiduría:


Acuérdate de que cosecharemos, infaliblemente, lo que hayamos sembrado. Si sufrimos es que estamos cosechando los frutos amargos de los errores que sembramos anteriormente. ¡Pon tu atención en el momento presente! Siembra sólo semillas de optimismo y amor, y recogerás mañana los frutos maduros de la alegría y la felicidad. Cada uno recoge, ni más ni menos, lo que sembró.


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